miércoles, 22 de febrero de 2012

Marcos; Capítulo 4.

Hace unos días...

 -A ver… Yo te quiero muchísimo, te lo juro, pero es que no puedo seguir así, es demasiado para mí, no es por ti es por mí, es porque… Porque no quiero seguir, esto no tiene futuro, no veo a donde va a parar y… no puedo seguir.

 Se escuchan lloros a la otra línea del teléfono…

 -Oye mira, sé que lo estás pasando mal pero… pero yo también, ¿sabes? Y así no me ayudas…
 -L...lo sé y...lo siento, en serio… Pero  no me hago a la idea de que lo dejemos Marcos… ¡yo te quiero! no,  ¡te amo! Y… y no puedo separarme de ti aunque quiera…- lo está pasando muy mal, bueno, lo siento por ella, no haberse fijado en mí y punto. Sigue llorando…-
 -Oye mira, mejor hablamos en otro momento, ¿sí? No… no puedo más con este tema.
 -Sí, va a ser mejor… Lo siento Marcos, no quiero hacerte sentir culpable… Te amo, no lo olvides nunca, y si en algún momento de arrepientes de tu decisión… Llámame, yo estaré siempre esperándote.
 -Verás… creo que va a ser mejor que no nos veamos, dame tiempo e intentaré solucionar las cosas, pero no creo que pueda…  Adiós.
 -P…pero Marcos…
                                       
 Estoy harto de las tías, no sé ni para que les hago caso, estás con ellas, les dices dos cosas  y a los 3 minutos las tienes al otro lado del teléfono llorando como si se estuvieran muriendo. Si es que se las buscan, ellas saben que no soy legal, que no intenten hacerme sentir mal, yo lo único que intento es vivir la vida mi manera, salir de fiesta, beber, divertirme… no pido más, y siempre aparece la de turno a la que, con estar un poco contentillo le entras y ala, que la tía se quiere casar contigo, pues no. Yo no quiero  ni líos ni ataduras, antes sí, antes era un gilipollas que, el primer día que llevaba saliendo con la novia, por la tarde ya me veías comiéndole la boca a otra, y bueno, ahora soy igual, pero en vez de novias, tías sin más, que ni me van ni me vienen, así sigo siendo un gilipollas, pero un gilipollas sin prohibiciones, libre.

  Hoy definitivamente, salgo de fiesta, necesito” recuperarme” y la mejor forma de olvidarse de una tía es encontrando a otras, si, en plural, como ya dije, no me gustan las ataduras. A ver si está el memo este…

Bip, Bip…

 -¡Métele una bola a tu novia que hoy salimos!
 -Que animado estás últimamente…
 -Lo sé, lo que tú digas. Tráete a amigos, y sobre todo, a amigas, yo también voy a llamar a algunos a ver si vienen. ¿A qué esperas? Ya estás tardando.
 - Hoy no.
 -JÁ. Graciosillo… venga, vete a llamarles.
 -Te he dicho que hoy no.
 -Y yo te he dicho que ya tardas.
 -¡Que hoy no voy a ningún lado joder!
 -Ostia, que mala leche, ¿te pasa algo?
 -¿¡Qué si me pasa!? Pues sí, me pasa. Me pasa que estoy arto, que nunca preguntas por los demás, que siempre es tú, tú y solo tú, que no te importa hacer daño a la gente, solo si a ti también te perjudica. Que no sientes respeto por nadie, por ninguna persona, te crees el rey del mundo y solo eres un gilipollas que va de tía en tía como un imbécil porque no tiene nada mejor que hacer que tirárselas para sentirse un maldito hombre, pero en realidad es una mierda. No sé qué estás haciendo con tu vida pero conmigo no cuentes.

 Mira que es imbécil, el no es quién para decirme quién soy y que no debo hacer. Por desgracia por su parte,  esto se convierte en rutina y, como la mayoría de las cosas cuando lo hacen, pierden eficacia.

 -Ok.
 -…
 -¿No piensas decir nada más?
 -No.
 -Vale, gracias.
 -…
 -Alex sería un placer para mí que compartieras tus penas y pensamientos conmigo, si te apetece claro, porque no voy a forzarte para que me cuentes nada con lo que no te sientas cómodo…
 -Deja de hacer el imbécil.

 Corta, más no me doy cuenta y sigo hablando solo. Hoy Dani está especialmente raro, aunque tiene razón… No soy más que un imbécil que, últimamente, ahoga sus penas nada más que en bebida y mujeres.

 Me empiezo a sentir una mierda, esa sensación en la que dices “Lo mataría, pero tiene toda la razón del punto.” Esa sensación en la que te apetece un piti, te lo fumas, y, al acabarse, necesitas más, más y más, y al rato, ves la cajetilla vacía, y entonces dices, mierda, me equivoque, también ahogo mis penas en el tabaco, piensas en cómo sería todo sin ti, y siempre que haces esto, te lo imaginas todo perfecto. Y ahí sí, ahí te sientes una mierda.

  Rap deprimente, ON. Me conecto al tuenti, vamos a ver qué gilipollez puso Sarita de estado después de lo que dije, la verdad me pasé un poco...

 -¿Hoy no sales?

 No hay respuesta...

 -Se que estás ahí, tienes un comentario hace menos de 1 minuto.
 -Joder,  Bea eres una cotilla.
 -Ves.
 -Déjame.
 -Respóndeme.

 Me gusta hacerme de rogar… 10 minutos.

 -No, iba a salir, pero me duele la cabeza, no me encuentro bien.-miento.-
 -No te creo.
 -Pues no me creas.-Como me conoce…-
 -Ok.
 -“Pa ti”.
 -Que considerado. Bueno, ya veo que no te apetece hablar. Adiós.
 -Espera.
 -¿Qué quieres?
 -¿Tienes idea de que le pasa a Alejandro? Hablé con él antes y está de un borde que flipas, lo habrá dejado la novia o algo así, porque no lo entiendo, parecía un gilipollas.
 -¿Qué Alejandro?
 -¿Qué Alejandro va a ser? Alex Souto.
 -¿Me tomas el pelo? Una broma es una broma Marcos, pero ya te estás empezando a comportar como un imbécil. No hay quien te aguante…
 -¡Y dale! ¿Tú también? Ya sé cómo soy, pero dime qué le pasa joder.
 -¿De verdad que no lo sabes? Salió en las noticias. Durante la madrugada, bueno, media noche,  el padre fue a buscar a la hermana de Alex  a la casa de una amiga porque se encontraba muy mal  y tuvieron un accidente. La hermana está muy grave, en la UCI,  y el padre no sé,  creo que solo tiene un par de golpes y lesiones, cuando llegué lo escuché en la televisión, pero  solo escuché lo de la hermana y luego llamé a Alex y no le quise preguntar, solo le dije que estaba ahí para todo y tal… Que fuerte… debe de ser horrible.
 -Dios… ¡Dios, dios, dios, dios! debí preguntarle que le pasaba, estaba muy raro y me empezó a decir que era un irresponsable  y no se… ahora lo único que me importa es apoyarle, soy el peor amigo del mundo, puf... Pobre Alex, soy un imbécil... ¿En qué hospital están ingresados?
 -No me acuerdo ahora del nombre. Pero pregúntale a Rober, el fijo que lo sabe, fue por la mañana junto él.
 -Vale, oye y gracias tía, en serio.

jueves, 16 de febrero de 2012

Lucía; Capítulo 3.

Aproximadamente un año después...

 Brrrr, brrrr...
 Un día soleado, llegan los exámenes finales más aún no han empezado y se nota la paz y tranquilidad de un sábado por la mañana. El sol se asoma por la ventana, se escucha a Andrea prepararse unas tostadas y a Álvaro ducharse, papá habrá ido a trabajar y mamá estará haciendo recados. Se escuchan los pajarillos cantando en el jardín y a Bobi ladrando como loco, si no fuera por esto último y porque mi móvil lleva vibrando unos quince minutos, sería una perfecta mañana tranquila. 

 "Buenas noches princesa."Qué pena que me haya quedado dormida en plena conversación, pobre Martín, fijo que le dejé esperando respuesta toda la noche. No es que a Martín le guste, pero bueno... Martín es Martín, siempre con esos detallazos y su forma de ser cariñosa, aunque en parte, también la mayoría de detallazos los hace de broma, "Lo siento, pero vas a tener que cambiarlo por un buenos días, ayer estaba destrozada y me quedé sopa al momento." "No pasa nada, yo tampoco tardé mucho en dormirme". "Me gustaría seguir hablando contigo pero ya que mi hermana está haciéndose el desayuno, a ver si está de buen humor y me prepara algo rico jajaja", "Que te aproveche gooooorda!!", le sonrío al móvil, me calzo y bajo a la cocina con una sonrisa de oreja a oreja, dispuesta a llevar el chantaje al límite con tal de un buen desayuno.

 -Olvídate.
 -Oh venga... Me parece una falta de desconsideración por tu parte, cuando eras una enana siempre me ofrecía para darte el biberón y mira ahora... 
 -Bueno vale, ¿te apetecen unas tortitas? 
 -¿Hace falta preguntar? Pero, ¿y esta repentina simpatía, se te quemaron las tostadas o qué?
 -¿Las quieres o no?
 -Que triste Andreíta, no sabemos manejar ni la tostadora... Venga, venga, no te piques, coge los huevos y todo lo que lleven las tortitas, ¡que hoy desayunamos como dios manda!
 -¿Le hacemos algunas a Álvaro? El pobre se examina hoy para el examen de coche y, aunque no lo admita, está como un flan.
 -¿Qué dices? ¿Es hoy? Le prometí que iría, no me da tiempo a nada, y la ducha la está ocupando él.
 -Ya va a acabar ahora, tu sube a prepararte, que yo termino esto... y nada de replicar, ¡que si no os montáis un bol con cereales y bien alimentados qué vais!
  
¡Qué riquiña es mi hermana! Le lanzo mil besos mientras que subo las escaleras, corro hacia la habitación, preparo la ropa  y, cuando mi hermano sale del baño, entro, me desvisto rápido y me ducho, nunca había tardado tan poco en ducharme, siempre me tiro como una... media hora normalmente, sin exagerar. Cuando salgo de la ducha me seco, me visto y me seco el pelo un poco con la toalla y... mierda, un grano. Cojo el maquillaje y me echo un poco de pote, ya de paso rímel, pero nada más, no me gusta maquillarme. Ahora sí, doy dos golpecitos en la puerta de Álvaro.

 -Hey, Andrea te tiene una sorpresilla en la cocina, ¿bajas?
 -Ya me comí dos tortitas, pero no puedo más, si quieres acompañarme apura, hay que ver que tardonas sois las tías macho...
 -Oye, que hago esto por ti, venga tira, me cojo una manzana y me la tomo por el camino, pero si luego tu hermana pequeña, es decir, yo, tiene problemas de nutrición por tu culpa, caerá sobre tu conciencia.
 -En todo caso, que te comas una manzana es mucho más sano que cualquier tortita. Y no llores, que sabes que te agradezco que me acompañes. Venga, voy llamando al taxi, tu apura a comerte las tortitas.-Me da un beso y marca el número del taxi mientras yo  bajo y les echo a las tortitas sirope de chocolate, la verdad, podría haberme arreglado más, ya que cuando mi hermano apruebe el examen sus amigos le van a hacer una fiesta(a estos con tal de hacer fiestas, ponen cualquier escusa...) y estaría bien arreglarse un poco. Me trago la última tortita y grito:
-Bajo ahora, me pongo el vestido y estoy lista, ¡no te preocupes!
 

Y, al cambiar el móvil del bolsillo del pantalón a la chaqueta, veo que me han hablado, miro, y ¡cómo no! Martín, "te gustaría quedar mañana?" no tengo nada que hacer, y aunque tuviera, creo que lo cancelaría solo por estar con él. "Claro, hablamos luego. Un beso".

jueves, 2 de febrero de 2012

Martín; Capítulo 2.

 
Ese mismo día, en los vestuarios.
  Acabo de ducharme, me visto, me seco un poco en pelo con la toalla, menudas ojeras llevo, tengo muy mal aspecto, ayer casi no dormí, el maldito perro de la vecina se pasó la madrugada ladrando. Si no fuera por lo maja que es Carmen, ya le habría llamado la intención. Y de hecho lo intenté una vez, pero ver salir por la puerta y ver a una viejecita débil a la que se le asoma una sonrisilla en la boca cada vez que te ve... No le puedo montar un pollo, me sentiría como un imbécil, después de todo lo que hizo por mí esa señora.


 -No te mires tanto al espejo, que te lo vas a creer demasiado. Jajaja
 -hola Alex, lo siento es que estoy medio dormido.
 -Eso  ya se te nota chaval.-Seguido de unas palmaditas en la espalda.-Oye, Marcos y yo vamos a ir a dar una vuelta, ha quedado con unas amigas, dice que nos las quiere presentar. Yo quiero conocerlas, ya sabes cómo soy con las chicas, no pesco nada, y... bueno, Sandra está bien y tal, pero... como soy tan torpe, a lo mejor la cago y así por lo menos tengo donde elegir. ¿No crees?
 -Alex,tío, no tengo ganas en serio. Y no te hagas ilusiones, porque bien sabes que si quedó con chicas no fue precisamente para presentárnoslas.
 -¿Qué insinuas? Marcos nunca tendría nada con otra, está saliendo con la mejor tía del mundo, vale, si, tienen sus roces, pero como todos, nada más.
 -Bueno, no sé, a ella no la conozco, pero conozco bien a Marcos, más que tú, y se como es, y en fin...
 

Hablando del rey de Roma...
 

 -¿Qué haces aún sin camiseta melón? ¡Vístete! O bueno, como veas e, que a las tías creo que les gustarás así más. Jajaja
 -¿Qué tías? Yo  no voy, no me apetece, ya sabes que tu tipo de chicas no me van mucho.
 -Venga tío, ¡son tres! No hagas sentir a Vero marginada...-Me mira con cara de picarón, no puedo en serio, Marcos es cada día más insoportable para mi.-
 -Te arrepentirás
 -Lo dudo.

-Bueno pues vamos hasta algún sitio o algo, que yo quedé con ellas en una hora...
 -Si, sí.
  

Me vuelvo a mirar al espejo, qué más dará, me pongo la camiseta, cojo la bolsa y me calzo. Subo las escaleras poniendome la chaqueta, ¿qué hago? Hay 30º grados, no es plan de ponerse una chaqueta. Llego al pasillo, salgo y veo a Alex con una chica.
 

 -Hey, ¿dónde se ha metido Marcos? Luego me dice que apure, yo es que no lo entiendo...
 -Eso querría saber yo.-Me sorprendo ante la respuesta de la chica, no me la esperaba.-
 -¿Cómo?
 -Martín esta es la novia de Marcos, se llama Lucía y...
 -Puedes llamarme Lu, estoy buscándolo porque quería hablar con él. Es importante.
 -Si, bueno, dijo que iba a volver al vestuario, que se había dejado allí el reloj, espéralo con nosotros si quieres.-Alex es muy majo con ella, se nota que son buenos amigos.-
 -Vale.-Sonríe.-
 -¿Y desde cuándo lleváis saliendo?
 -Pues hace un mes y medio apenas...
 -Me alegro mucho, supongo que os queréis mucho.
 -Tenemos roces y tal...   Mira, ya está ahí. ¡Marcos!
 

 La cara de Marcos lo dice todo...
 

 -Eeeeeepa... Hola cariño... ¿qué haces aquí?-Le intenta dar un beso en la boca, ella en seguida se aparta. Se ve que no está cómoda y el chico se da cuenta.-Hemos hablado hace dos horas más o menos, ¿qué quieres?
 -Vengo a hablar. Pero ya veo que estás ocupado.
 -No cariño, no es eso... Es que ya había quedado con ellos y no es plan de dejarlos tirados.
 Enseguida me meto en la conversación, no quiero que acaben discutiendo...
 -Si es por nosotros, no pasa nada Marcos, en serio.
 -No tío, quedamos así, no voy a cambiar los planes...
 -Bueno pues os dejamos hablar, venga Alex, vamos dentro a la cafetería.
 -Ok. No hace falta Martín, yo ya me voy. Venía a decirte que "chau chau" para siempre y tal, que te olvides de mí, que vayas a joder a otra y blablabla...-Se aleja, pero cuando está a unos metros me grita.- ¡POR CIERTO, ENCANTADA DE CONOCERTE!
 

Sonrío débilmente, esa chica, aunque apenas haya cruzado dos palabras con ella, me cae bastante bien, tiene las ideas claras, y eso me gusta.  

-IGUALMENTE.
 

Y así se aleja...
 

-Dios que pesada es, en dos días estará lamentandose como una idiota, llorando y pidiéndome que vuelva con ella.
 -No te flipes tanto si eso...
   -Tú calla Martín, la conozco mejor, así que no tienes nada que decir. Y si queréis quedar las chicas están esperando.
 -Mira, paso, en serio, eres un imbécil. Si no te gusta tu novia cortas con ella pero no la pongas a parir a espaldas, bueno, EX-novia.
 -¿Y a ti que te pasa hoy chaval? ¡Estás de un prepotente insoportable! Y no creo que quieras discutir conmigo este tema, ¿o sí?-Se me pone gallito, mira que es imbécil.
 -Si, venga, mañana si tal.  Adiós Alex.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Lucía; Capítulo 1.

Como cunde despertarte un día por la mañana, sonriente, feliz, después de haber pasado un día increíble y, de repente… recordar que hoy a las 10 tienes un examen de recuperación de matemáticas.

  Hace un día.
 Como dice mi padre, soy un caso perdido. Siempre lo dejo todo para última hora. Me desperté a las 9, y cuando por fin iba a ponerme a estudiar, no conseguía concentrarme. Llevaba unos 3 días sin hablarme con Marcos, mi novio, las cosas no iban muy bien y con estos temas rondando la cabeza, en fin, que no estaba para numeritos y demás. Cuando empecé a concentrarme, hará por las 11 de la mañana, me hablaron por whatsapp. Era el pesado de Alex.

 Alex es un niño muy bueno, y yo le quiero mucho, de verdad, pero es que creo que es a la única persona a la que se le puede definir con dos adjetivos, pesado y  oportuno. ¿Llegas tarde a una clase a la que, sumando con la pía que te tiene la profesora, te echarán una bronca monumental? Ahí está Alesito para pararte por el pasillo y entretenerte. ¿Qué tienes un examen de recuperación para el que apenas has dedicado unos minutillos de las clases de apoyo? Ahí está el para no dejarte estudiar en toda la tarde.

Resulta que está pillado por una chica, Sandra, una de las mejores amigas de mi hermana pequeña. Ella tiene un año menos, y siempre anda lanzándole miraditas y buscando temas de conversación de debajo de las piedras, es la única chica que conozco que sabe dejar sin palabras a Alex. El está ilusionadísimo, porque últimamente los matices se han hecho notar mucho y se ve, y mucho, que  Sandrita quiere tema, pero para él es la primera chica. Nunca ha tenido nada con nadie y el mundo femenino es nuevo terreno para él.

Me estuvo contando su vida hasta las dos aproximadamente, luego me fui a comer y aproveché la escusa para no contestar más. Vale, ahora toca chapar.

 Suena la melodía de mi móvil, Forever Young de One Direction, así es imposible… Me acerco a cogerlo y me quedo atónita. “Marcos”. Mierda, no me apetece discutir ahora, así que lo pongo en silencio, pero con vibración, por si acaso me llaman por algo importante.  El teléfono vibra, y vibra, y vibra…

-¿Qué quieres? Ahora mismo estoy estudiando Marcos, no me apetece discutir.
 -Quiero arreglarlo Luci.
 -No me llames así. Sabes que odio que me llamen así.
 -Lo siento. A ver, te llamo porque, si te hablo por Tuenti tengo por seguro que no me vas a contestar. Necesito hablar contigo en persona, a solas.
 -Yo también lo siento, porque no va a poder ser, tengo que estudiar, así que vas a tener que esperarte a mañana.
 -Lucía, no puedo esperar…
 -Ah, ¿no? Pues me da que de otra forma no vas a conseguir que hablemos.-Me vibra la oreja, miro, es Alex, no por favor…-.
 -Mira, Lucía, no puedo dejar que sigamos así, en serio, han pasado tres días y ni me diriges la palabra.
 -Hombre si quieres voy, te compro algo bonito, voy para tu casa. Así como si no pasara nada, como si no anduvieses  tonteando con cada tía que ves pasar delante de ti.
 -¡Que yo no tonteo con todas!
 -Ah no, solo con la mayoría, perdón cariño.-Y sigue vibrando la oreja… Me empiezo a estresar.-Mira, me da igual en serio, tu por tu camino y yo por el mío, ¿va?
 -Pero, luc…-Cuelgo.

 Decidido. Hoy voy, y corto por lo sano.

martes, 31 de enero de 2012

Epílogo.

 Un cielo oscuro, lleno de mil puntitos luminosos, un inmenso océano se extiende bajo este, y una inmensa playa de grandes momentos.
 

02:25 am.
   
Apenas se aprecian las luces de las farolas, esta todo oscuro, y somos los únicos que paseamos por el paseo marítimo con un helado de chocolate a estas horas. Me coges de la mano, es una noche calurosa, más esa no es la razón por la que me sudan las manos...
 
 Hace apenas unas horas éramos solamente unos buenos amigos, quedábamos en grupo y aunque ninguno de los dos lo supiéramos, nos queríamos en silencio. Te sentaste junto a mí cerca de la hoguera, con la escusa de si te pasaba las nubes de gominola, y allí te quedaste toda la noche, contándome chistes y lanzándome piropos como quien no quiere la cosa, yo fingiendo que tenía frío y tú abrazándome.
 
 Poco a poco la gente se fue yendo, todos extrañados por vernos tan juntos, nos daban dos besos a cada uno y se iban sonriendo y cuchicheando, hasta que nos quedamos solos tu y yo.    Me llevaste cerca de la orilla y allí te sentaste y me invitaste a un abrazo, yo, por supuesto, no me negué, me contaste mil historias, que una a una se te fueron ocurriendo poco a poco, cada una de una estrella distinta. Me sentía como si fuera una niña pequeña a la que sus padres le contaban historias antes de dormir. Se me cerraban los ojos, y así, tumbados en la arena nos quedamos dormidos, abrazados el uno al otro, hasta que subió la marea y el contacto frío en nuestros cuerpos con el agua nos despertó bruscamente, salimos corriendo de allí, nos miramos, y nos reímos, me susurraste algo al oído y a continuación gritaste “ ¡QUIEN LLEGUE EL ULTIMO LE COMPRA UN HELADO DEL SABOR QUE QUIERA AL OTRO!” y mientras corríamos por llegar antes, nos quitábamos la ropa y nos quedábamos en bañador. Buceamos hasta que donde no hacíamos pie y nos salpicamos el uno al otro. Te quedaste mirándome, y yo no sabía qué hacer, no podía sostenerte la mirada, me pondría toda roja y nerviosa, y no me parecía muy oportuno. Así que me acerque, te rodeé con los brazos, apenas estábamos a unos milímetros, me acerqué más, y te fui dando besos en la mejilla, cada uno más cerca de la boca que el anterior, hasta que llegué a tus comisuras y entonces…
 
 -¡Toma beso de vaca! Jajaja
  -¡Eh! ¡Esto no vale, me has babado entero!

 

  Te enfurruñaste y fuiste medio nadando medio andando hacia la orilla, pero te alcancé cuando el agua me llegaba apenas por debajo del pecho.
   

-¿Te ha molestado tanto? Lo siento en serio, no pretendía jorobarte ni nada, solo era una broma, no es que vaya dando lametazos a la gente ni nada, pero es que no sé, no quiero que te piques conmigo, estabas tan simpático y tan amab…
 
  Te echaba un discurso y, sin apenas darme cuenta, noté que me agarrabas por la cintura y hacías que me acercara a ti a menos de 1 centímetro:
 
  -Si, te dejo que me devuelvas la broma, estás en tu más mínimo derecho y...
 
  Me besas. Un beso, no como habría imaginado, pero muy… dios, ¿cómo puedo explicar cómo es un beso? Es… bonito, bueno no, precioso, muy… ¡muy como tú! Apenas unos 6 segundos y me miras a los ojos.
 
  -Lu, ¿estás llorando?
 
 ¿Qué? ¿Yo llorando? ¿Qué dice? Me paso las manos por debajo de los ojos, son gotas de agua, normal, estoy mojada.
  
-¿Tú eres tonto? ¡Estamos en el mar! Tengo la cara mojada, ¡imbécil!
  -Ya ya ya… fijo… ¡A ti te ha gustado tanto mi beso que te has emocionado cariño…!-Mientas me dices esto me acaricias la mejilla, esto que has dicho ha sido a susurros, susurros que me han puesto muy nerviosa.

 A continuación me besaste y te fuiste corriendo, como un niño pequeño después de hacer una travesura, yo te perseguí, y así, empapados, revolcándonos por la arena y jugando como niños pequeños, y como croquetas nos enamoramos